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Cacería de ositos frente al aburrimiento infantil

Los adultos en los Países Bajos colocan ositos de peluche en sus ventanas para que los niños los "cacen", en una iniciativa para combatir el aburrimiento

Más del 80 % del país se unió en esta iniciativa para entretener a los más pequeños (Pixabay)

15 minutos. Padres y abuelos ilusionados por entretener a los más pequeños y niños corriendo por su barrio para “cazar” ositos de peluche que los más mayores colocaron en las ventanas de sus viviendas: una iniciativa social que movilizó a los Países Bajos frente al cierre de escuelas por el coronavirus.

Los hay de todos los colores y tamaños, algunos con corazones o lazos, otros con disfraces, pero todos están sentados en la misma postura, observando.

Algunos son niños que salen a corretear por el barrio, otros son familias enteras que rompen el confinamiento un rato, legalmente, para entretener a sus hijos.

El Gobierno holandés aplica una estrategia peculiar en esta crisis, que llama “confinamiento inteligente”. Esta, sin decretar el aislamiento total, permite salir a quienes quieran estirar las piernas, dejando puertas abiertas a los niños para que no se angustien.

Pero a este juego también se aplican las normas oficiales: “Vaya a cazar ositos con su familia y manténgase a 1,5 metros de los demás. Esta iniciativa tiene la intención de que pasear en su propio vecindario sea más divertido. Las reglas son simples. Coloque un osito en su propia ventana y salga a buscar otros mientras camina”.

Estas condiciones se explican en la página “Berenjacht in NL” (caza de osos en Países Bajos), que creó la usuaria Petra van der Stelt. La iniciativa nació tras ver que los niños se quedaron sin “patio de recreo” mínimo hasta mayo, y con padres ingeniándoselas para matar el aburrimiento.

“Entonces surgió la idea de hacer que los niños salgan a caminar por el vecindario con sus padres en una cacería de ositos de peluche. Tenemos muchas reacciones de padres encantados con la idea. Las personas mayores que no pueden salir ahora también se entretienen con las caras de felicidad de los niños”, asegura Van der Stelt.

Pasearse por las calles de La Haya, Róterdam, Leiden o Ámsterdam es empezar a contar ositos de peluche. De hecho, un mapa virtual demostró que más del 80% del país se sumó a esta iniciativa en la que ella trabaja ya a tiempo completo, atendiendo dudas de padres que quieren registrar su casa en el mapa.

Según relatan algunos padres, este juego es también divertido para las personas que, encerradas en casa, colocan esos ositos de peluche en sus ventanas. Muchos abuelos dan pistas a los niños sobre dónde encontrar más osos, y acaban interactuando con ellos, haciendo más llevadera la soledad durante la cuarentena.

En la web también se ofrecen diplomas al niño que más ositos haya cazado. Igualmente, se muestran dibujos para colgar en la ventana si no se tiene un peluche, dibujos para colorear y “posters” para colgar en la habitación.

Las direcciones se mantienen todas en ese “mapa de osos”, para que los participantes sepan de antemano qué trayecto seguir y dónde buscar. “Lo más importante de todo esto es lavarse las manos” a menudo como recomiendan las normas, subraya Van der Stelt.

Aunque el cielo holandés tiene acostumbrada a su población al frío y la lluvia, que invitan a confinarse en casa, el sol no dejó de brillar durante las últimas dos semanas incitando a los holandeses a salir a la calle.

La idea de este juego se basa en el libro infantil “Vamos a cazar un oso” (1989), de Michael Rosen e ilustrado por Helen Oxenbury. En este una familia “atraviesa un campo de pastos verdes, un río profundo, un bosque oscuro” para ir a la caza de un osito, un cuento que vuelve a estar de moda en 2020, gracias a la pandemia por el coronavirus

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