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40 años de gloria que culminan con el desprecio: Juan Carlos I

Ha sido uno de los reyes de España que más ha gozado de las simpatías de su gente. Hoy se autoexilia para no ensombrecer el reinado de su hijo

Las investigaciones giran en torno a si el Rey emérito cometió fraude fiscal al ocultar un dinero recibido y no declararlo (EFE/Biel Aliño)

15 minutos. La Corona española tiembla y divide las opiniones. Por un lado, quienes defienden a Juan Carlos I a capa y espada porque consideran que tiene más peso la obra positiva que lo sucedido en los últimos años. Además, explican que no robó el erario público ni está huyendo, pues todavía no se ha dictado sentencia.

Por otro lado, se encuentran los contrarios, aquellos que lo atacan sin compasión y consideran que es un corrupto y que sobre él debe caer todo el peso de la ley. Y para sostener sus razones recuerdan las palabras del propio Juan Carlos en uno de sus discursos: “La ley es igual para todos”. Este grupo critica el hecho de abandonar el país, de no dar la cara a la justicia, y no faltan quienes ya solicitan la abdicación de Felipe VI.

Las investigaciones giran en torno a si el Rey emérito cometió fraude fiscal al ocultar un dinero recibido y no declararlo. También se investiga si se valió de sus vínculos con la monarquía saudita para obtener favores en un contrato que ascendía a los 7.800 millones de dólares. Estos, aparentemente, generaron comisiones en forma ilegal, algo que la justicia española y la de Suiza sospechan.

Por lo pronto, Juan Carlos está fuera de España. Se creía que se refugiaría en los predios de los Fajul, en República Dominicana, pero autoridades de la isla niegan que se encuentre allí. Por lo tanto, estas afirmaciones han dado pie a que se sostenga que el padre de Felipe VI no ha salido de Portugal. Sin embargo, le preguntaron al presidente luso sobre el paradero del monarca y simplemente dijo “no lo sé”.

Un destino secreto

Este limbo informativo ha creado una situación inédita. La historia muestra que los reyes españoles anteriores, cuando salieron del país, no lo hicieron espontáneamente sino presionados por las fuerzas antimonárquicas. Pero se conocía su nuevo destino.

40 años de gloria que culminan con el desprecio: Juan Carlos I
Se desconoce el paradero del rey emérito (Eduardo Parra/Europa Press/DPA)

Así tenemos que a Isabel II de España, quien estuvo en el trono de 1833 a 1868, la expulsaron los seguidores de la Revolución Liberal que deseaban acabar con el absolutismo. Isabel se fue a Francia, donde residió hasta su muerte en 1904.

La reina, quien subió al trono cuando tenía 3 años, tiene en común con Juan Carlos que su obra, al inicio de su reinado, gozó de popularidad. Luego, como se convirtió en un período marcado por el autoritarismo y la corrupción que practicaban los más allegados a la reina, originó su rechazo. Su exilio, desde el primer momento, se supo que transcurrió en Francia, donde falleció.

Sobre ella escribió Benito Pérez Galdós. “El reinado de Isabel se irá borrando de la memoria, y los males que trajo, así como los bienes que produjo, pasarán sin dejar rastro. La pobre reina, tan fervorosamente amada en su niñez, esperanza y alegría del pueblo, emblema de la libertad, después hollada, escarnecida y arrojada del reino, baja al sepulcro sin que su muerte avive los entusiasmos ni los odios de otros días”.

Al olvido

El anterior párrafo hace recordar a un Juan Carlos de Borbón actual, totalmente diferente al que subió al trono. El primero conjugaba su sentido del humor con un cierto olfato político que lo ayudó, no solo a conquistar la democracia, sino a sacar adelante a España, gracias a tantas amistades con poder regadas por el mundo, España volvió a brillar en el continente europeo. Con el tiempo, pudo más el placer que el deber, y hoy transita por el camino del desprecio. Las futuras generaciones ni siquiera lo recordarán.

Si revisamos la historia de su abuelo, Alfonso XIII, quien también tuvo que morir en el exilio, reinó desde el mismo momento de su nacimiento, pues fue hijo póstumo de Alfonso XII. Eran los tiempos de la I Guerra Mundial, de la Guerra de Marruecos, del resurgimiento de los nacionalismos, años convulsos socialmente y de Gobiernos incapaces.

Republicanos, socialistas y nacionalistas enfrentaron a la monarquía. En las elecciones de 1931, ganaron los socialistas. Alfonso XIII, cuya imagen había quedado debilitada al apoyar la dictadura de José Antonio Primo de Rivera, para evitar una guerra civil que surgiría 5 años después, decidió irse a Italia. Murió el 28 de febrero de 1941 en el Gran Hotel de Roma a causa de una angina de pecho.

Juan Carlos, vejez sin pudor

Juan Carlos, quien nació en el exilio romano de su familia, abdicó en 2014. Una de las causas fueron los escándalos que comenzaron a conocerse. La fractura de cadera durante una cacería en Botswana, que dejó muy mal parado al rey en cuanto a su relación con el medio ambiente, tema crucial desde hace unos cuantos años, también se dio a conocer con el hecho de que estaba con su amante, Corinna Larsen. El rey había perdido el pudor y dejaba abierto al público su vida privada.

Una aventura costosa que no coincidía con el crítico momento económico que vivían los españoles. No bastaron luego aquellas palabras de arrepentimiento. “Me he equivocado. No volverá a suceder”. No solo porque representaban superficialidad y falsos arrepentimientos, sino que para una persona que rozaba los 80 años, conocedor del mundo de la política y del cotilleo español, dejaba al descubierto la pérdida de perspectiva de su cargo como Jefe de Estado. Había preferido gastar sus últimos cartuchos como seductor y no como estadista reservado.

A diferencia de los otros reyes exiliados, se desconoce el paradero del rey emérito. Un punto que en nada lo beneficia, y ofrece a sus detractores la posibilidad de seguir haciendo jirones su reputación.

Al salir de la Zarzuela, se aseguraba que volaría a Santo Domingo, República Dominicana, a disfrutar de una de las casas que la familia Fanjul, cuya amistad con los reyes de España se remonta a los tiempos de Alfonso XIII. Pero en la isla caribeña niegan esa versión. Otros aseguran que continúa en Portugal. El diario ABC de España reveló una hoja de ruta que señala que el destino del padre de Felipe VI fue Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos, donde, según el citado diario, se aloja en un exclusivísimo hotel a prueba de paparazzi.

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